Hay momentos de mis viajes que no dieron a tener la oportunidad de una foto, o de comida, o de algo...
Esta parte de la historia solo es cuando sali de allí, y mi regreso a casa.
En un pueblo decrepito en medio de la selva, fui echado con otros 10 hombres de una base luego de ser expulsado del ejercito, unas horas antes un Sargento llego por nosotros y tuvimos una hora para entregar nuestras pocas pertenencias, al momento de salir necesite cambiar de ropa, pero todo lo que teníamos había sido guardado en una bodega, y teníamos dos opciones, irnos con la ropa que encontráramos, o esperar una semana mas a que la persona que poseía las llaves de la bodega, corrí durante 20 minutos como loco por ese batallón, cambiando cigarrillos por una pantaloneta y desafortunadamente dos chanclas izquierdas, entre mis pertenecias, solo era una maleta de franela que colgaba de un hilo, con un papel higenico, un celular descargado,y una armónica, sin mas que unas medías sucias, dos chanclas izquierdas, una pantaloneta y un esqueleto, me colgué la maleta y corrí a presentarme para salir de allí, nos montaron en una camioneta de un platon 1x1 y salimos de allí, en un viaje de 4 horas por entre la tierra, con gargantas secas y vuelttos mierdas al llegar al batallón casa, nos dan de baja y sacando 3 días después a una carretera echados a nuestras suerte, todos cogieron caminos diferentes, los malabaristas, dos pacifista que no cogieron las armas, y volvieron loco a todo el mundo, o un loco "Millos" un barrista con hipoglicemia que había salido dos veces de rehabilitación, todos son una historía diferente que contar, pero cuando entre ese calor mortal y agitar el dedo seguí caminando hasta llegar a un gran puente que pasaba un gran rio...Era algo impresionate, era sentirme vivo y libre, no sabía que era lo que veía mis ojos, por qué alguien como yo que siempre a merodeado la vida, no tenía un conocimiento tan extremo de que es que te arrancan la libertad, que te traten como basura, que te humillen constantemente, vi que había salido en ese momento, que era libre.
Viaje algunas horas en un camión que transportaba plátanos, baje en un pueblo donde si alguien gritaba todo el pueblo escucharía, un pueblo de una cuadra, mientras caminaba había gente cerca de una tienda que parecía bastante sorprendida, cuando me acerque a pedir un cigarrillo, había un guido colgado, una serpiente bastante grande que colgaba allí muerta, tal vez fue el olor o la sangre aún caliente, pero tuve que seguir, simplemente era un momento bizarro y de un morbo humano que no me antojaba observar, a unos 20 minutos del pueblo encontré una caseta donde vendían almuerzo, en una casita de tejas de aluminio y palos que la sostiene, una mujer de mediana edad estaba sentada a la puerta.
Con un agujero negro en mi estomago que había comenzado a comerse todo en mi interior, camine hacia ella y di cabeza abajo por que me obsequiaran algo de beber, la señora con esfuerzo se levanto de la silla y me trajo un plato de sopa, una agua de panela y una arepa, no podría estar mas agradecido, por ello escribo sobre ella, aún la recuerdo y aún le doy gracias por ello, comí como si no hubiera otro día, estaba tan feliz...
Agradecí, baje mi cabeza de nuevo, y exprese la mayor gratitud del mundo, camine durante toda el día hasta la madrugada, caminando entre hectáreas de pastizales me quede en una montaña mientras salia el amanecer, sin fuerza, con los tendones tensionados, cada musculo de mi cuerpo gritando, me encorve contra un gran árbol y me tape con la maleta, dormí durante mucho tiempo, con los ojos cerrados sentía como pasaba el tiempo, el sonido de los pájaros, entre un inmenso calor el sonido de insectos parecía como si estuvieran postrados en mis orejas, me levante con labios que se caían a pedazos por la deshidratación, camine durante unas horas hasta llegar a una carretera, me paro un bus que me llevo hasta el pueblo mas cercano, donde me senté en una banquillo y sentía que las luces se me iban, estaba a punto de desmayar, en ello una anciana me pregunto, "¿Estas bien muchacho?" hable con ella pidiendole solo una cosa un vaso de agua..
Se fue la señora diciendome que volvería, comence a ver todo mas blanco hasta que todo desvaneció, desmaye, desplomado como un costal desperte minutos después, había gente a mi al redor, la misma señora me sostuvo la cabeza un momento y me paso una con agua, cuando todo se calmo, la señora me pidio que la acompañara a casa, la conté todo lo que había pasado, como había llegado allí, me dijo que esperara en el murrillo frente a su puerta, me saco un plato de comida y se quedo conmigo, sonreí y comi con mucho gusto, Teresa me llevo con su vecino y me ofrecieron el llevarme unos pueblos mas allá, antes de salir antes de caer la tarde, abrace a Teresa y le dije "He tenído momentos en los que he podido comer a plenitud, como he durado días sin comer, con el vaso de agua que me has dado, se que solo por eso soy afortunado, no solo compartiste tú comida, me das la fuerza para seguir".
CONTINUARA...
Agradecimientos:
Azucena (Señora de la choza): Una bella mujer sin mucho dinero que me brindo una gran ayuda y me alimento.
Raúl Rodriguez, (Conductor del camión de plátanos), un campesino humilde y alegre, que se detuvo con una sonrisa.
Los hombres del bus que me llevaron.
Teresa: Bella mujer me diste las fuerzas para continuar, y estuviste cuando desperte.
¿Porqué escribo estos agradecimientos a alguien que posiblemente nunca lo leerá?
Por qué vi cosas hermosas en este viaje, pero también pase cosas muy duras, y nunca hubiera podido llegar de no ser por esas personas, les agradezco y desde el fondo de mi ser, siempre les estaré agradecido.
"Nunca olvides ni le des la espalda a quien te dio la mano"
Esta parte de la historia solo es cuando sali de allí, y mi regreso a casa.
En un pueblo decrepito en medio de la selva, fui echado con otros 10 hombres de una base luego de ser expulsado del ejercito, unas horas antes un Sargento llego por nosotros y tuvimos una hora para entregar nuestras pocas pertenencias, al momento de salir necesite cambiar de ropa, pero todo lo que teníamos había sido guardado en una bodega, y teníamos dos opciones, irnos con la ropa que encontráramos, o esperar una semana mas a que la persona que poseía las llaves de la bodega, corrí durante 20 minutos como loco por ese batallón, cambiando cigarrillos por una pantaloneta y desafortunadamente dos chanclas izquierdas, entre mis pertenecias, solo era una maleta de franela que colgaba de un hilo, con un papel higenico, un celular descargado,y una armónica, sin mas que unas medías sucias, dos chanclas izquierdas, una pantaloneta y un esqueleto, me colgué la maleta y corrí a presentarme para salir de allí, nos montaron en una camioneta de un platon 1x1 y salimos de allí, en un viaje de 4 horas por entre la tierra, con gargantas secas y vuelttos mierdas al llegar al batallón casa, nos dan de baja y sacando 3 días después a una carretera echados a nuestras suerte, todos cogieron caminos diferentes, los malabaristas, dos pacifista que no cogieron las armas, y volvieron loco a todo el mundo, o un loco "Millos" un barrista con hipoglicemia que había salido dos veces de rehabilitación, todos son una historía diferente que contar, pero cuando entre ese calor mortal y agitar el dedo seguí caminando hasta llegar a un gran puente que pasaba un gran rio...Era algo impresionate, era sentirme vivo y libre, no sabía que era lo que veía mis ojos, por qué alguien como yo que siempre a merodeado la vida, no tenía un conocimiento tan extremo de que es que te arrancan la libertad, que te traten como basura, que te humillen constantemente, vi que había salido en ese momento, que era libre.
Viaje algunas horas en un camión que transportaba plátanos, baje en un pueblo donde si alguien gritaba todo el pueblo escucharía, un pueblo de una cuadra, mientras caminaba había gente cerca de una tienda que parecía bastante sorprendida, cuando me acerque a pedir un cigarrillo, había un guido colgado, una serpiente bastante grande que colgaba allí muerta, tal vez fue el olor o la sangre aún caliente, pero tuve que seguir, simplemente era un momento bizarro y de un morbo humano que no me antojaba observar, a unos 20 minutos del pueblo encontré una caseta donde vendían almuerzo, en una casita de tejas de aluminio y palos que la sostiene, una mujer de mediana edad estaba sentada a la puerta.
Con un agujero negro en mi estomago que había comenzado a comerse todo en mi interior, camine hacia ella y di cabeza abajo por que me obsequiaran algo de beber, la señora con esfuerzo se levanto de la silla y me trajo un plato de sopa, una agua de panela y una arepa, no podría estar mas agradecido, por ello escribo sobre ella, aún la recuerdo y aún le doy gracias por ello, comí como si no hubiera otro día, estaba tan feliz...
Agradecí, baje mi cabeza de nuevo, y exprese la mayor gratitud del mundo, camine durante toda el día hasta la madrugada, caminando entre hectáreas de pastizales me quede en una montaña mientras salia el amanecer, sin fuerza, con los tendones tensionados, cada musculo de mi cuerpo gritando, me encorve contra un gran árbol y me tape con la maleta, dormí durante mucho tiempo, con los ojos cerrados sentía como pasaba el tiempo, el sonido de los pájaros, entre un inmenso calor el sonido de insectos parecía como si estuvieran postrados en mis orejas, me levante con labios que se caían a pedazos por la deshidratación, camine durante unas horas hasta llegar a una carretera, me paro un bus que me llevo hasta el pueblo mas cercano, donde me senté en una banquillo y sentía que las luces se me iban, estaba a punto de desmayar, en ello una anciana me pregunto, "¿Estas bien muchacho?" hable con ella pidiendole solo una cosa un vaso de agua..
Se fue la señora diciendome que volvería, comence a ver todo mas blanco hasta que todo desvaneció, desmaye, desplomado como un costal desperte minutos después, había gente a mi al redor, la misma señora me sostuvo la cabeza un momento y me paso una con agua, cuando todo se calmo, la señora me pidio que la acompañara a casa, la conté todo lo que había pasado, como había llegado allí, me dijo que esperara en el murrillo frente a su puerta, me saco un plato de comida y se quedo conmigo, sonreí y comi con mucho gusto, Teresa me llevo con su vecino y me ofrecieron el llevarme unos pueblos mas allá, antes de salir antes de caer la tarde, abrace a Teresa y le dije "He tenído momentos en los que he podido comer a plenitud, como he durado días sin comer, con el vaso de agua que me has dado, se que solo por eso soy afortunado, no solo compartiste tú comida, me das la fuerza para seguir".
CONTINUARA...
Agradecimientos:
Azucena (Señora de la choza): Una bella mujer sin mucho dinero que me brindo una gran ayuda y me alimento.
Raúl Rodriguez, (Conductor del camión de plátanos), un campesino humilde y alegre, que se detuvo con una sonrisa.
Los hombres del bus que me llevaron.
Teresa: Bella mujer me diste las fuerzas para continuar, y estuviste cuando desperte.
¿Porqué escribo estos agradecimientos a alguien que posiblemente nunca lo leerá?
Por qué vi cosas hermosas en este viaje, pero también pase cosas muy duras, y nunca hubiera podido llegar de no ser por esas personas, les agradezco y desde el fondo de mi ser, siempre les estaré agradecido.
"Nunca olvides ni le des la espalda a quien te dio la mano"
1 comentario:
Hermosa historia, muchas veces las personas que menos cosas materiales tienen, cuentan con el más hermoso corazón.
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